La semana del 23 al 29 de noviembre la dignidad sale de nuevo a la calle. Una semana llena de movilizaciones y de actos para seguir diciendo que el pueblo existe, que no se calla, que no se amedrenta y que no se conforma con promesas.
Lo que decimos y lo que pedimos es sencillo: Pan, Trabajo, Techo y Dignidad para tod@s. Cuatro cosas básicas que se nos siguen negando desde el poder, las instituciones, los gobiernos y las empresas.
Un poder que sigue pretendiendo acaparar toda la riqueza y que se muestra totalmente indiferente ante la situación de los que menos tienen. Un poder ciego que convierte a la sociedad en una inmensa cárcel en la que somos constantemente vigilados, controlados, reprimidos y condenados al desastre del desahucio, de la pérdida del empleo o a vivir siempre al borde de la miseria.
Unas instituciones que son incapaces de hacer frente a la situación social creada por los recortes y que reducen prestaciones y subsidios a las personas más necesitadas mientras protegen a los bancos que defraudan y dilapidan el dinero público.
Unos gobiernos, sean cuales sean los partidos que los ocupen, que obedecen sin rechistar a los grandes poderes económicos y que se mantienen impávidos frente a las necesidades de la sociedad. Para ellos sólo somos un rebaño que hay vigilar y silenciar con policía, jueces y violencia.
Unas empresas que se están aprovechando de la crisis para despedir y explotar a una clase trabajadora que sigue muda y quieta y que está “representada” por unas corporaciones sindicales que se dedican exclusivamente a defenderse a sí mismas. Unas empresas que aumentan cada día su poder a través de las continuas reformas laborales de los sucesivos gobiernos y frente a las cuales es cada vez más difícil exigir los pocos derechos laborales que van quedando.
Pero esta situación no es inamovible. No es cierto que estemos condenados a sufrir la desigualdad, la explotación y la miseria como si fueran inevitables. Pero a lo que sí estamos invitados es a luchar para defendernos. A luchar para crear otra sociedad que no se base en el beneficio de unos pocos y la miseria de muchos, sino en la igualdad y la justicia social. Estamos invitados a luchar con nuestras manos, a unirnos y a crear una alternativa a este mundo que se derrumba.
Desde la CNT intentamos llevar a cabo día a día la acción directa en la lucha por nuestros derechos, basada en el apoyo mutuo y que no necesita acudir al fraude de las elecciones sindicales para ponerse en marcha. Y también, desde la unión con otros colectivos sociales con los que peleamos para crear una alternativa real y práctica, desde abajo y no desde el poder a esta sociedad en que vivimos.
Y por eso exigimos una renta básica que garantice unos ingresos mínimos con carácter universal; exigimos la derogación de la reforma laboral que ha permitido el despido de miles de trabajadores y que nos recorta aún más las prestaciones por desempleo; exigimos que se acabe con la precariedad laboral, los sueldos de miseria, el fraude en la contratación y los contratos basura.
Por esas razones la CNT estará en la calle en la semana de lucha del 23 al 29 de noviembre, junto a otras muchas organizaciones, en las Marchas de la Dignidad. Invitamos a todos los trabajadores y trabajadoras a unirse a estas movilizaciones y a decirles en la calle a los que mandan que estamos aquí y vamos a seguir estando. Porque la esperanza está en la lucha, consciente y constante. Como alguien dijo alguna vez, las personas creen que llegará un día en que serán libres e iguales cuando hayan destruido los obstáculos que le impiden serlo, sin darse cuenta que sólo lo son mientras luchan para conseguirlo.