La campaña de la aceituna se va acercando en el campo de la provincia de Córdoba y nos encontramos con otro año en el que las altas temperaturas y la escasez de lluvias nos presentan otro curso complicado para l@s jornaler@s cordobesas/es.
Las campañas agrícolas son contadas en la provincia de Córdoba y se limitan a la temporada de la aceituna y a la de la naranja o el ajo. Con unas condiciones, sobre todo estas dos últimas, de total precariedad y abuso por parte de los empresarios contratando a trabajadoras/es por 20 euros al día en el caso de la naranja o “a destajo” en el ajo con unas condiciones y precios con los que difícilmente se puede sacar un jornal medianamente digno para el jornaler@.
La precariedad de estas temporadas, con el Convenio provincial del campo más bajo de Andalucía (42 euros el jornal según Convenio y cuando se aplica), se acrecienta con la excesiva mecanización de las tareas agrícolas que llevan a que las temporadas que antes duraban tres meses en la aceituna, por ejemplo, ahora no lleguen ni al mes y medio en muchos casos. Además de la mayor masificación de trabajadoras/es en estas campañas, ya que la situación de desempleo en este y otros sectores hace que cada vez más trabajadoras/es vuelvan al trabajo del campo, hace que cada vez sea más difícil encontrar un tajo y una cuadrilla para emplearse durante la campaña.
Por otro lado, junto a la escasez de cultivos y en consecuencia el poco trabajo agrícola en la región, tenemos las llamadas ayudas de la PAC de la UE que conceden grandes subvenciones y ayudas a los grandes propietarios, representados por: la aristocracia latifundista; empresarios que nada tienen que ver con el campo y que tienen su residencia en Madrid, Barcelona u otras grandes ciudades, mientras poseen cientos de hectáreas en Andalucía; y en general especuladores que han visto un rico nicho de ganancias en el terreno agrícola, con una mínima y barata mano de obra.
En cuanto a la situación concreta del jornalero andaluz, habitualmente nos encontramos con declaraciones bochornosas y tergiversadas por parte de la patronal, de banqueros o de políticos de la derecha más reaccionaria que utilizan como chivo expiatorio al jornalero del campo acusándole de fraude o de beneficiarse de los subsidios del PER, cuando los verdaderos defraudadores son la minoría terrateniente y empresarial que en pleno siglo XXI siguen manteniendo las mismas estructuras latifundistas que en el siglo XIX, aprovechándose de los suculentos beneficios de la PAC (Política Agraria Comunitaria).
Mientras estas familias siguen manteniendo estas enormes extensiones de terrenos, muchos de ellos sin explotar, y recibiendo millonarias subvenciones de la UE, el jornalero andaluz tiene que subsistir con 400 euros de subsidio durante seis meses y las escasa peonadas de la aceituna y alguna otra temporada, en el mejor de los casos. Eso si las temperaturas y las lluvias se lo permiten. O bien irse a temporadas agrícolas de otros estados de Europa a miles de kilómetros.
Por otra parte, la Junta de Andalucía es responsable directa de este estado de cosas en el agro andaluz, dejando en papel mojado la Reforma Agraria que aparece en el Estatuto de Autonomía, para la que incluso se creo el IARA (Instituto Andaluz de Reforma Agraria) para supuestamente llevar a cabo dicha Reforma, y que desapareció sin haber hecho nada por cambiar este panorama.
Desde la CNT de Córdoba denunciamos esta situación anacrónica del campo andaluz y cordobés, y las condiciones laborales de los trabajadores del campo. Creemos que una tierra eminentemente agrícola como Andalucía no puede tener relegado a un segundo plano el sector agrícola, teniendo en cuenta la enorme riqueza agrícola y natural de nuestra región, y el potencial humano de mujeres y hombres para trabajarla.
Reivindicamos la dignificación del jornaler@ y del trabajo agrícola que durante tantos años ha estado ninguneado y criticado en este país, y retomamos la reivindicación histórica de la CNT de la tierra para la/el que la trabaja, de la autogestión y del cooperativismo.
Por todo esto, exigimos la eliminación total de las 35 peonadas exigidas para acceder al subsidio agrícola, un Convenio justo en el campo cordobés y la derogación del existente, y la creación de un Banco Comunitario de tierras para ser trabajadas en régimen de cooperativa por los jornaleros desempleados (aprovechando las más de 20000 hectáreas de tierras públicas de la Junta de Andalucía). Todo esto unido a la puesta en marcha de una Reforma Agraria, tan necesaria en esta región y como reivindicación principal contra el paro, la desigualdad, y por un reparto de los recursos y de la riqueza.
Por la eliminación de las peonadas agrícolas! Por un Convenio justo y digno! Reforma Agraria ya!