Primero de mayo 2016. Los trabajadores y trabajadoras seguimos padeciendo una crisis económica que se manifiesta , de forma cada vez más evidente, como una gigantesca estafa, que ha permitido desviar miles de millones de dinero público hacia bancos y mercados financieros, recortando unos servicios públicos que ya eran insuficientes, dejando nuestra educación, nuestra salud, o el cuidado de las personas dependientes en una situación cada vez más precaria.
Crisis/estafa, gestionada por la gran patronal, que se ha revelado como una organización de tipo mafioso, que conlleva corrupción congénita, y que, mientras se ocupaba de acumular dividendos y practicar la evasión de capitales en paraísos fiscales, corrompía y financiaba a una clase política, la que ha gobernado estos últimos treinta años, mediante comisiones y puertas giratorias, para que no dejara de legislar en su favor.
A la vez, los grandes medios de comunicación han sido tomados por estos mismos conglomerados empresariales y financieros, hasta no dejar rastro de crítica o posibilidad de discurso alternativo al que promueven las élites de este país.
Así los trabajadores y trabajadoras no hemos dejado de sufrir reforma laboral, tras reforma laboral, recorte tras recorte de pensiones y prestaciones, siempre en beneficio de los mismos, y que han acabado generando la dura situación que todos y todas conocemos: Paro, recortes salariales, descuelgues de convenios, desregulación laboral, EREs, temporalidad, precariedad, represión sindical, …
Situación, que nuestra ciudad padece como la que más, afectada por la falta de industria, el monocultivo turístico basado en los bajos salarios y la temporalidad y la falta de alternativas productivas. Una situación que ha hecho emigrar ya a miles de personas, especialmente entre la juventud y que amenaza con condicionar drásticamente nuestro futuro.
A los trabajadores y trabajadoras nos está robando, nos roban el trabajo, y nos roban el futuro.