INAUGURACIÓN DEL NÚCLEO CONFEDERAL DE PRIEGO DE CÓRDOBA
Con la exposición “Cien Imágenes para un Centenario” de la Fundación Anselmo Lorenzo (que estuvo expuesta en la Casa-Museo Alcalá-Zamora hasta el 10 de diciembre) y el documental “Furia Libertaria” dio comienzo la jornada de inauguración del nuevo local de la CNT en Priego de Córdoba, a la que asistieron unas 50 personas de esta localidad, Córdoba y Pedrera, y que finalizó con unas palabras de Antonio Baena.
Nos constituimos como Núcleo Confederal del SOV de Córdoba en tanto en cuanto podamos autofinanciarnos y constituirnos propiamente como Sindicato de Oficios Varios. Iniciamos esta andadura con 10 afiliados y esperamos en un año llegar a 20. Los antecedentes fueron hace ya 18 años con la creación de una Sección Sindical en el Ayuntamiento (que no terminó de cuajar) y el conflicto en 2010 con la empresa Planchados Pulido que se saldó favorablemente para nuestro compañero.
Como sindicato intentaremos aglutinar las pulsiones rebeldes no sólo de Priego sino de la comarca donde se inserta esta localidad, a sabiendas del ambiente apático de este territorio y la escasa combatividad existente (muy diferente, históricamente, a la campiña cordobesa).
Cien años ha cumplido ya este viejo y a la vez joven sindicato de la Confederación Nacional del Trabajo que, fundado en 1910, aglutinó a diferentes organizaciones y sindicatos de un movimiento obrero que desde la I Internacional (1864) fue creando organizaciones de carácter no-autoritario o anarquista que, hoy como ayer, se aglutinan en la Asociación Internacional del Trabajo (A.I.T.).
Fue éste el movimiento obrero mayoritario en España (sobre todo en Cataluña y Andalucía) hasta mediados del siglo XX, siendo Córdoba una provincia destacada. Recordemos que aquí, en 1873 (en el Teatro Góngora), se celebró el I Congreso puramente anarquista.
Anarquismo (cuyo significado es Sin poder, Sin estado…Estado que es el verdadero artífice del desorden, la desigualdad y la violencia institucionalizada) dicen algunos que es el carácter propio de las gentes ibéricas. En realidad el anarquismo (más allá de su concreción sociopolítica y filosófica en el siglo XIX) viene de muy lejos…desde la prehistoria. Y siempre existirá, porque es la expresión de la rebeldía contra todo poder establecido: la expresión del Pueblo, entendiendo a éste como aquel que dice NO al Poder (como recuerda García Calvo). Pueblo por tanto como antítesis del Estado, que es la mayor expresión del Poder: con sus ejércitos, policías, leyes, altos funcionarios, sistemas religiosos, educativos, sanitarios…con sus gobiernos y sus distintos sistemas económicos coercitivos.
En esta larga historia de rebeldía contra todo poder, desde mediados del s. XIX el movimiento obrero anarcosindicalista ha sido el protagonista más importante en el estado español, fundamental para entender la historia contemporánea española del siglo XIX y XX. Movimiento obrero sin el cual no se entienden mejoras salariales como las 8 horas de trabajo, la eliminación del trabajo infantil, la labor cultural de los ateneos, las escuelas racionalistas, la cultura laica e igualitaria, la ecología, la emancipación de la mujer, las experiencias colectivistas… la última revolución social (y la de mayor calado) que haya existido en Europa: la de 1936, la que contuvo al golpe de estado militar de Franco y sus secuaces, así como la resistencia protagónica al franquismo al menos hasta principios de los años 60 del pasado siglo.
No obstante, en la historiografía la historia del anarquismo ibérico, la del anarcosindicalismo, ha ocupado un lugar marginal, ya sea por la historiografía franquista o por la llamada por Noam Chomsky la de tendencia liberal-comunista: esa que convierte al anarquismo en chivo expiatorio de todo, por ejemplo de una II República que se presenta inmaculada acosada por los extremos de un lado y otro, y por ello imposibilitada para desarrollar su plan reformista. Sin embargo la II República trató las desigualdades sociales y la conflictividad social derivada de aquellas dentro del Orden Público (como ya hiciera la monarquía) y las mejoras sociales que intentó procurar (como la Reforma Agraria) no hubieran sido tales si las organizaciones obreras no hubieran presionado para que se cumplieran.
No todos los afiliados a la CNT son y han sido anarquistas, pero la CNT practica el anarcosindicalismo, ayer como hoy: la acción directa (sin intermediarios) y el apoyo mutuo, que se traduce en la autogestión y la democracia directa (1) (sin jerarquías: con decisiones tomadas en asambleas horizontales). Todo ello a partir de la federación de diferentes sindicatos autónomos que confluyen en la propia Confederación.
La CNT, hoy como ayer, persigue mejoras sociales concretas y una nueva cultura emancipadora, pero también la aspiración a una sociedad donde el individuo no delegue sus responsabilidades y se asocie con los demás para gobernar su propia vida: el llamado comunismo libertario, sin Estado y con la federación ibérica de municipios libres como una de las posibles organizaciones.
¿Utopías vanas?…El ser humano ha progresado cuando ha cooperado entre sí (no cuando ha competido entre sí) desde la búsqueda de la utopía y la fe en ella (con fe y valor…como dice el himno anarquista). Y habría que pensar si lo verdaderamente utópico (en el peor sentido de la palabra: en cuanto a irrealizable) no sea considerar que con este sistema estatista y capitalista en el que vivimos vayamos a tener un grado de felicidad aceptable para nosotros y nuestros hijos (más allá de la felicidad vana, esa sí, que produce consumir y consumir).
Porque este sistema que padecemos se basa en una falsa felicidad, en una comodidad falsamente feliz cuyo sustento está en la Delegación: delegamos nuestras decisiones en el padre, el maestro, en el sistema sanitario, en el cura, el sargento, el patrón, el supermercado, la compañía eléctrica, en el abogado, el banquero, en el representante político o sindical (representante político que sólo se representa a sí mismo y a sus intereses), etc, etc : una cultura de la sumisión, una sociedad de pedigüeños fundamentada en la obediencia y en la cesión de nuestra RESPONSABILIDAD, responsabilidad que será gestionada por otros (por nuestro bien…dicen).
CEDEMOS de este modo la RESPONSABILIDAD (por comodidad…y la falsa felicidad que ello reporta) y con ella perdemos nuestra LIBERTAD: nos hacemos más y más esclavos (y más y más desdichados en realidad). ¿Cuánto nos gastamos en antidepresivos en la sociedad actual?.
En la historia de la CNT (con sus luces y sus sombras) siempre se ha defendido la libertad de la mano de la responsabilidad: Las DOS CARAS de la misma moneda. Sin esta moneda de dos caras no puede haber emancipación, apoyo mutuo, autogestión: no podemos gobernarnos a nosotros mismos. En la CNT no se reciben subvenciones (ni se quieren) y no se considera el sindicalismo como una actividad profesional (se trabaja en el sindicato en el tiempo libre) y por ello se es independiente de partidos políticos, administraciones, bancos y empresas.
Junto a la exposición de fotografías , formando parte de ella, vimos también el documental Furia Libertaria que corresponde con las imágenes del mitin que la CNT dio en la plaza de toros de San Sebastián de los Reyes en 1977. Emocionó y sorprendió ver en estas imágenes el potente resurgir de este sindicato después de la tremenda represión franquista que padeció. Pero no fue la única manifestación de aquellos años: concentraciones como las de Montjuic con 300.000 personas, las Jornadas Libertarias de Barcelona con 500.000, el mitin de Valencia con 30.000…o huelgas exitosas protagonizadas en estos tiempos también por la CNT (como la de las Gasolineras, la de la Construcción, Roca, Induico y otras) indicaba la fuerza que podía adquirir este sindicato durante la llamada Transición.
Transición que tuvo a la CNT como único sindicato que se opuso a los famosos Pactos de la Moncloa, aquellos que, entre otras cuestiones, pretendían, y en gran medida consiguieron, prolongar el funcionamiento del Sindicato Vertical franquista con cambios sólo formales, es decir, un sindicalismo dependiente del Estado, subvencionado y amaestrado, estableciendo las elecciones sindicales (invento franquista) para elegir delegados que quedan liberados de sus trabajos para trabajar a partir de entonces para el sindicato de turno, conformando los Comités de Empresa y fomentando de esta guisa las estructuras sindicales burocráticas que restan fuerza a los propios trabajadores y a sus asambleas al elegir representantes que decidirán por encima de los propios trabajadores.
Ese modelo sindical que llega hasta nuestros días ha provocado la DESMOVILIZACIÓN SOCIAL, la apatía y las PÉRDIDAS CONSTANTES DE DERECHOS, reforma tras reforma. Después de 30 años de este modelo sindical pactista parece que algo de razón tenía la CNT al criticarlo.
Frente a los Comités de Empresa la CNT defiende la Secciones Sindicales, donde la toma de decisiones se hacen en asambleas horizontales, tras debates y discusiones, y el delegado salido de ellas sólo puede transmitir los acuerdos en ellas concretados. Un modelo, por tanto, sin subvenciones del estado y sin profesionalizar el trabajo sindical. Un sindicalismo combativo y no pactista muy peligroso para el modelo de Trasición (más bien Transacción) que se había preparado a la salida de la Dictadura (y donde los partidos políticos y los sindicatos se repartirían parte del pastel). Tanto es así que a Martín Villa (ministro del Interior) le preocupó más el resurgir de la CNT que la propia ETA…Y, como en otras épocas históricas (casualidades de la vida) se urdió desde el Estado un atentado en 1978: el Caso Scala, por el que se responsabilizó a la CNT . Hoy se sabe que fueron policías infiltrados los que lo provocaron….como en otras épocas (caso de la famosa Mano Negra en el siglo XIX).
Los montajes policiales, los errores propios (que no fueron pocos), y el modelo sindical independiente que defendía la CNT, sola y aisladamente, provocó o acentuó las divisiones internas (que ya venían de lejos) surgiendo el actual sindicato CGT, y menguando considerablemente la fuerza de la CNT.
Hoy la CNT es un sindicato pequeño, pero que está constantemente en la calle luchando, que mantiene sus fundamentos y formas de actuar…y que va creciendo poco a poco, ganando multitud de conflictos laborales. Y hoy, más que nunca, es un sindicato necesario.
Incluso diferentes movimientos sociales, de diferente condición (que en los últimos meses hemos visto nacer) practican en gran medida (o en alguna de ellas) las formas y maneras de la CNT y la crítica a una realidad que nos la presentan como inevitable. Asistimos de este modo a una rebeldía que se va autoorganizando con el llamado 15 M, que ha ocupado el ágora, la plaza pública, con formas de hacer en común, sin jerarquías, con las asambleas de barrio extendiéndose…recuperando el hacer en común (“a bien común”, como decían los viejos campesinos anarquistas andaluces…y como era practica habitual en la sociedad rural tradicional).
Sin embargo, como han apuntado diferentes sociólogos (como Carlos Taibo), al 15 M le falta dos cosas importantes: extenderse por el mundo rural y enlazar con el mundo del Trabajo, porque es a través del trabajo por donde el Estado y el Capitalismo nos exprimen con mayor encono (trabajos que necesitamos para subsistir, pero que cada vez son más precarios, trabajando más horas, con menos sueldo, con menos derechos…) trabajos alienantes que sirven también para fijar la mentalidad de obediencia y sumisión que necesita el sistema para perpetuarse.
La CNT, como otros muchos movimientos sociales igualmente válidos, están planteando pensar y actuar para crear un mundo nuevo desde la crítica al actual: embrutecedor y depredador, que fomenta el individualismo asocial y el consumismo, la explotación del hombre y el entorno natural, depredación en la que participa también, no nos equivoquemos, el llamado estado del bienestar: una nueva forma que adopta el estado y el capitalismo, si cabe más adormecedora y mentirosa, porque se nos dice que es el Estado el que nos protege aportándonos sanidad, educación, pensiones … a cambio de tornar nuestras mentalidades por la del pequeño burgués: por la mentalidad de una clase media despreocupada, hedonista, individualista, competitiva…. (un Estado del Bienestar que es una suerte de Despotismo Ilustrado: todo para el pueblo pero sin el pueblo).
…Hasta que llega un día una CRISIS, como la actual, y caemos en la cuenta que somos simples trabajadores, que dependemos de un salario, y que somos nosotros los que sostenemos el sistema (y no al revés). Que somos los que PAGAMOS ese llamado bienestar que otros administran en nuestro nombre. Que no nos regalan nada…sino todo lo contrario. Y que eso de clase media, que nada de nada, que dependemos para sobrevivir de un salario…y que la inmensa mayoría somos trabajadores y no clase media (aunque nos hallan, hallamos, cambiado la mentalidad de clase).
Por eso, frente al Estado, frente al Capitalismo, frente al llamado Estado del Bienestar…la CNT siempre dirá: autogestión de las necesidades básicas, desde la solidaridad y la cooperación, desde el apoyo mutuo y la acción directa, a través de las asambleas horizontales de núcleos autónomos que se van federando libremente entre sí.
Terminaremos con unas palabras tan esclarecedoras, preclaras y presentes como cuando fueron dichas…allá en 1910, en el Congreso Obrero de Barcelona donde se fundó la CNT (en su quinta sesión, tema 5):
“Habrase podido tender a mermar el poderío de los señores feudales,
para robustecer el real; habrase podido disminuir el poder real
en beneficio de las clases medias; habrase podido llegar a la república,
aboliéndose la autoridad de los monarcas; pero en todos estos cambios
realizados mediante el esfuerzo de los trabajadores, que han sido
el cuerpo y el brazo dirimidor de las contiendas, la situación económica
del obrero ha seguido siempre lo mismo. Explotado ayer y hoy y siempre.
No se niega con esto el progreso moral e intelectual que los cambios
políticos han acarreado para los trabajadores. Su esfuerzo para
beneficiar a otras clases han mejorado su condición de hombres y los
han colocado en situación de poder anhelar su emancipación económica,
que era algo que parecía nebuloso, algo que ha confundido en
todos los tiempos –y aún hoy muchos confunden- con determinadas
libertades políticas.
Y si bien en todas las épocas hubo alzamientos de
carácter económico, propósitos de implantar un sistema comunista de
vida, en general esos propósitos tenían en su contra las tendencias
autoritarias de los mismos rebeldes, su organización revolucionaria con
caudillos y jefes.
No es posible la emancipación de los trabajadores en tanto éstos
tengan un emancipador, un jefe, por cuanto que, aun logrando vencer
a los sustentadores del régimen, no harían más que instaurar otro
régimen de privilegios, en el que resultarían privilegiados los
emancipadores, los jefes.
Que no es posible abolir los privilegios con
organismos en los que el privilegio exista, por cuanto no es posible la
emancipación sino como obra de los trabajadores mismos”
(1) Más allá de considerar el término “democracia” como una contradicción o oxímoron (como considera García Calvo), ya que, como hemos definido aquí (siguiendo al mismo autor), demos (= pueblo) es contradictorio con cracia (=poder)