3. La ecología
La devastación a que está sometiendo el capitalismo al planeta, en su carrera por producir, consumir, crecer y obtener rentabilidad para el capitalista, lo está llevando al borde de la destrucción, y a un punto en el que será imposible volver atrás. Efecto invernadero, agujero de ozono, lluvia ácida, contaminación, accidentes nucleares, deforestación, mareas negras, pesticidas, insecticidas, hormonas, abonos, exterminio de especies, humos, ruidos, residuos, vertederos… Los acuerdos al respecto son:
-Difusión de una conciencia de protección al medio ambiente.
-Exigencia de utilización de medios de depuración total de líquidos, ruidos, humos, aromas, gases y aguas con cargo al capital.
-Ordenación urbana que coloque las industrias alejadas de los núcleos urbanos. -Sustitución a cargo del capital, de los combustibles fósiles y contaminantes por energías renovables y limpias como la eólica, la solar.
-Estudio de las necesidades reales de la sociedad y eliminación de las industrias, edificios, anuncios y sistemas que derrochen la energía. Producir menos, y repartir mejor.
-Reciclaje de materias primas por parte de las empresas: papel, vidrio, aluminio, metales…
-Defensa de las zonas naturales, parques, montes, especies en peligro de extinción… impidiendo la construcción de autopistas, introducción de especies no autóctonas, redes de electrificación, trenes de alta velocidad, aeropuertos, planes destructivos de los estados etc.
-Ayudar y potenciar a los colectivos, grupos, ateneos que actúan en el campo ecológico al margen del estado y de la actividad política.
-Todo estas actividades básicas teniendo claro que es el estado-capital el que degrada y destruye la naturaleza, y que la solución a este problema no es que determinados gobiernos legislen de esta o de otra forma en favor del planeta. Las cumbres de los estados, como la de Río, lo único que pretenden es no matar a la gallina de los huevos de oro. La creación de una sociedad que no dilapide nuestros recursos es una cuestión de los pueblos.