8 de Marzo: Nosotras Decidimos. Nada que celebrar , todo por ganar.

Estamos viviendo uno de los mayores retrocesos en los derechos laborales y sociales: reforma laboral, reforma de la ley del aborto, privatización de servicios públicos, recortes del gasto público en educación, sanidad, vivienda y servicios sociales que nos sitúan a la clase trabajadora en un panorama con seis millones de desemplea@s y ejecuciones continuas de desahucios que abocan a los y las trabajadoras a una indefensión que se traducen en el aumento de enfermedades mentales y suicidios.

El sistema capitalista y patriarcal que nos empobrece a la clase trabajadora se ensaña especialmente en las mujeres; Mayor tasa de desempleo que los hombres, menor salario a igual trabajo, mayor precariedad y trabajos a media jornada, mayor carga en las responsabilidades familiares y de atención a menores y mayores, menor participación social, sindical y militante, menor presencia de mujeres en cargos de gestión, que no son fruto de la causalidad y del determinismo.

Además, son las mujeres quienes trabajan en los sectores de servicios que más se han visto atacados por la crisis; hostelería, limpieza, sanidad, educación, servicios sociales y por tanto son las más afectadas por su salida del mercado laboral. En caso de continuar trabajando, el salario anual tipo de la trabajadora sólo llega al 76% del salario tipo del trabajador. Las trabajadoras cobran por hora un 16,2% menos que los trabajadores, de media, según la UE.

Las mujeres trabajadoras ven como se las presiona para retirarlas del mundo laboral, conminándolas a volver al ámbito de lo doméstico, insistiendo con discursos que valoran la maternidad y el papel de cuidadora que históricamente les han sido adjudicados. En los momentos actuales trabajar es un derecho que no debería cuestionarse, pues es el salario lo que garantiza la autonomía sin estar condenadas a la dependencia económica de otras perso-

nas. En la última Reforma Laboral se elimina la calificación legal de la ausencia de discriminación por género en el trabajo como “garantía” y la posibilidad del disfrute indistinto y conjunto del permiso de lactancia en supuestos en los que padre y madre trabajen, dificultando notablemente la aplicación del principio de corresponsabilidad en la crianza de los hijos e hijas. Además, se restringe la posibilidad de reducción de jornada por cargas familiares a la jornada diaria, abocando a las personas que tienen dichas cargas en muchas ocasiones al abandono del empleo.

En este contexto hay que pensar que la reforma de la Ley del Aborto no es gratuita, ya que va a significar que a la mujer se le imponga la maternidad y la vuelta al hogar aunque no lo desee. En el ámbito familiar las mujeres dedicamos un 33 % más de tiempo a las actividades domésticas respecto al resto de miembros de la unidad de convivencia. Y en el ámbito sindical tenemos una menor afiliación porcentual y nuestra vida activa para la asunción de cargos está directamente vinculada a la edad fértil y a las responsabilidades de atención sociosanitaria de familiares. Pérdida de empleo, falta de capacidad económica para cubrir las necesidades básicas de alimento, educación y vivencia unida a una falta de red de apoyo social y familiar desemboca directamente en procesos de exclusión social en la que las mujeres somos más vulnerables.

Visto así, el panorama que tenemos las mujeres trabajadoras no es precisamente el deseable para nadie. La lucha por la igualdad es cuestión de toda la clase trabajadora y se hace extensible a todas las facetas vitales, trabajo, sindicalismo, unidad de convivencia, participación social. Denunciar nuestra situación para cambiarla, incorporar las reivindicaciones laborales con perspectiva de género en nuestra ruta sindical, adaptar nuestro funcionamiento sindical a las necesidades de compañeras y compañeros, corresponsabilizarnos para luchar contra la desigualdad y por el reparto de la riqueza y el trabajo es el objetivo de la CNT. Hoy más que nunca, por el atropello a nuestros derechos, por el deterioro de nuestra calidad de vida, por las agresiones sufridas, estamos en la calle y seguiremos estándolo luchando por una sociedad justa e igualitaria.