1. La mujer
"María Prat fue la que encendió a las igualadinas, vinieron ella, Dolores Iglesias… Especificó muy bien las miserias de la fábrica, las fechorías de los encargados, todo. Y al acabar las mujeres se precipitaron a pedir las libretas de sindicación hasta tal extremo que acabamos las que teníamos y tuvimos que pedir más. Se constituyó un sindicato fabril de 2.600 afiliadas que defendieron sus derechos como leonas. Se atrevían a plantar cara a los capataces, subían a los despachos, todo. Los hombres iban más al tanto, como si fueran ellos las mujeres. Pronto vino otra huelga general fabril, consiguiendo las mujeres la semana inglesa. 0 sea, fiesta el sábado por la tarde. Hasta entonces tenían un día más de trabajo que el hombre… Pero los burgueses de la zona igualadora se cabrearon tanto que decidieron contratacar, provocando en 1914 un conflicto. Se llamaba Cal Mero y tenía un centenar de obreras, y les dijeron: <<El sábado por la tarde a trabajar>>. Nosotros convocamos un mitin de inmediato. Había una persona que por diez reales iba con una trompeta por el pueblo convocando a la gente. Las mujeres no aceptaron las condiciones y el Mero las echó a la calle cerrando la fábrica. Decidimos solidarizarnos con ellas y pasarles un jornal durara y costara lo que fuese. Entonces toda la burguesía declaró el cierre patronal. Las mujeres vigilaron las fábricas para que no fueran esquiroles, y organizaron un sistema de ayuda espectacular y efectivo. En lugar de dar dinero a las familias compraban sacos de harina que un hornero amasaba y cocía gratis, y de alubias, garbanzos, lentejas, arroz. Todo lo teníamos en el sindicato, y era un placer que aquellas salas olieran a pan recién cocido. Allí las mujeres daban a cada uno según sus necesidades. Nos sentíamos hermanos. Y cada lunes tocaban en vano las sirenas, y nadie hacía caso a los burgueses cuando decían: <<Si entregais el carnet del sindicato podéis volver al trabajo>>. Hasta que tuvieron que decir: <<Bueno, volved sin entregar nada>> (y sin trabajar el sábado)…Esta victoria dejó al sindicato con más fuerza.
Las mujeres tenían otro problema: que había encargados y directores que las hacían sexualmente suyas o las obligaban a pasar por mil miserias. Se iba entonces a exigir su destitución. 0 se le aparecía una noche un hombre con el rostro oculto y en silencio, y le daba una tunda que lo mantenía 15 días en cama…
En otras ocasiones esta mentalidad (machista) alcanzaba el ridículo más increíble. Entonces se hacia mucho teatro de aficionados…y se había impuesto la regla de que sólo podían actuar hombres. Nosotros, que también teníamos nuestra compañía de aficionados, tuvimos mocitas valientes que quisieron subir a los escenarios, y verlas interpretar sus papeles, fue una novedad fantástica…Lo cierto es que nosotros en esto y en muchas otras cosas llevamos la bandera del progreso. Pronto introdujimos las excursiones mixtas que fueron otro éxito… Ha tenido tantos enemigos la mujer… (Joan Ferrer. La Revuelta Permanente)</i>
Históricamente, la condición marginada de la mujer en nuestra sociedad ha sido tratada en los congresos de la anarcosindical desde 1871 en Zaragoza, hasta 1989 en Bilbao. En aquellos lejanos tiempos nuestres camaradas dictaminaron que la mujer era un ser libre, igual en derechos a los hombres, que las mujeres debían sindicarse y estar presentes en los comités de gestión de los sindicatos y en cuantas comisiones se crearan. Se reconocía que las mujeres luchaban con tanta o más energía y arrojo que sus compañeros en situaciones difíciles, y que su actividad había sido determinante en el triunfo de huelgas y conflictos. Por desgracia los pensamientos suelen ir mucho más deprisa que la sociedad y la igualdad de la mujer respecto al hombre no está lograda.
Históricamente, la condición marginada de la mujer en nuestra sociedad ha sido tratada en los congresos de la anarcosindical desde 1871 en Zaragoza, hasta 1989 en Bilbao. En aquellos lejanos tiempos nuestres camaradas dictaminaron que la mujer era un ser libre, igual en derechos a los hombres, que las mujeres debían sindicarse y estar presentes en los comités de gestión de los sindicatos y en cuantas comisiones se crearan. Se reconocía que las mujeres luchaban con tanta o más energía y arrojo que sus compañeros en situaciones difíciles, y que su actividad había sido determinante en el triunfo de huelgas y conflictos. Por desgracia los pensamientos suelen ir mucho más deprisa que la sociedad y la igualdad de la mujer respecto al hombre no está lograda.
La mujer siempre ha trabajado: Durante la revolución industrial en las fábricas, en las minas, en el campo. Han sido siempre peor pagadas que los hombres, con mayores jornadas de trabajo y han ido al paro las primeras cuando los tiempos iban mal. En la actualidad, más de las tres cuartas partes de la economía mundial se deben al trabajo de la mujer. En países africanos, asiáticos, americanos, las mujeres trabajan bastante más que los hombres, en el campo, en las fábricas, acarreando agua, leña, alimentos aparte de las faenas domésticas que sólo de por sí son ya laboriosas, además de la maldición de no estar retribuídas, y en las que ejercen las funciones de criadas-siervas-esclavas de los hombres. A los hombres que no se cuestionan la transformación social, les interesa la perpetuación de esta esclavitud. Pero esto no debe suceder dentro de los anarcosindicatos. La CNT basa sus reivindicaciones en los siguientes puntos:
-Dentro de los sindicatos, procurar el acceso de las mujeres a los cargos de gestión, debates internos sobre la situación de las mujeres en la CNT, cuidado en el lenguaje sexista, tanto hablado como escrito, y esfuerzo los hombres y mujeres para erradicar el machismo de la confederación.
-La educación igualitaria para que se impartan las mismas enseñanzas a niños y niñas.
-Concienciación sobre el pape! del hombre en el hogar, y la necesidad de asumir las tareas domésticas.
-Concienciación en el terreno sexual, potenciando y exigiendo el acceso a todo tipo de medios anticonceptivos.
-Acabar con la utilización de la mujer como objeto sexual en la prostitución, publicidad, cine, revistas…
-No discriminación en el terreno laboral, exigiendo la igualdad en el acceso a los empleos y salarios. imponer puntos en los convenios colectivos que garanticen la contratación de mujeres.
-Servicios sociales colectivos. (Comedores, guarderías, lavanderías gratuitas las 24 horas del día)
-Derogación de todo tipo de ley que discrimine a la mujer
-El aborto libre, gratuito y aceptado socialmente. Derogación de la actual ley que penaliza supuestos de aborto. Pero para evitar llegar a él, apertura de centros de planificación familiar en todos los barrios, con acceso gratuito a todo tipo de métodos anticonceptivos, incluído el aborto.
-Promover el empleo de anticonceptivos masculinos: preservativos y vasectomía.
-Planes de educación sexual en la enseñanza. Las agresiones y crímenes contra la mujer en forma de violaciones, abusos, acosos sexuales sólo disminuirán en un clima de libertades que supriman las castraciones síquicas y tabúes sexuales a los que somos sometidos desde nuestro nacimiento.
– Un clima de total libertad sexual y camaradería sólo se conseguirán con la radical transformación social. Mientras esos tiempos llegan debemos prepararlos con la serie anterior de reivindicaciones básicas y otras que se os ocurran.