La afición del ayuntamiento cordobés a los negocios especulativos no tiene fin. Lo mismo cuando estaba Mellado (PSOE) a cargo de Urbanismo, como ahora con Ocaña (IU), el desprecio a los intereses colectivos de la ciudad es total. La tala indiscriminada de árboles, el cambio de zonas verdes por cemento, la legalización de las parcelaciones ilegales, la connivencia con Rafael Gómez y otros en múltiples acciones especulativas, y un largo rosario de actuaciones que demuestra, otra vez más, como se hace política cuando se tiene el poder.
Resulta fácil posicionarse en contra de los planes de la derecha. Cuando gobierna la derecha, el apoyo de los partidos llamados de "izquierda" está presto para animar a la sociedad a movilizarse en su contra, para "mover a la gente". Pero lo que están haciendo es política. Apoyan movilizaciones para favorecer otros intereses, sus intereses. Pero cuando los que todavía se llaman de "izquierda" en época electoral llegan al poder, se acabaron los apoyos, se acabaron las movilizaciones y se acabó todo. Entonces se dedican a hacer lo mismo que sus antecesores, y si pueden, lo empeoran. Para los partidos la política es la forma de hacer negocios y el negocio su forma de hacer política. Poco importa lo que hayan contado el día antes de las elecciones, o el día después.