ABB está dando un pésimo ejemplo como empresa de larga tradición en Córdoba, un ejemplo de falta de respeto a la ciudad que los alberga y a unos trabajadores que en algunos casos llevan más de quince años trabajando en su fábrica y a los que ahora tan sólo devuelve desprecio, mentiras e ilegalidades.
¿Esto es lo que podemos esperar los cordobeses de las multinacionales que vienen a aprovecharse de nuestra ciudad? ABB está ganando mucho dinero en Córdoba, dinero que se va de aquí como el humo mientras que reduce año tras año su plantilla propia (de 3.000 trabajadores que tuvo, apenas le quedan 300) y aumenta las contratas a su servicio, que usan trabajadores con contrato precario, que cobran una miseria, y a los que les da la patada en cuanto les interesa para contratar a otros que les salgan aun más baratos.
¿No tenemos los trabajadores cordobeses derecho a algo más? ¿No podemos aspirar a un trabajo, un contrato y un salario digno, ni siquiera en empresas como ésta, que pensábamos que era de las “buenas”? Porque ahora nos estamos enterando de que en ABB tampoco se respetan las medidas de seguridad y que muchas veces, los trabajadores se juegan el físico con aparatos que pesan cientos de toneladas. ¿Dónde está la Inspección de Trabajo? Tal vez si la fábrica estuviera en Suiza o en Suecia o en Noruega, no se harían las cosas igual, ¿verdad?
Muchas veces la gente de Córdoba decimos que si este trabajo lo hacen más barato los coreanos o los chinos, que si aquella empresa se la llevan a Marruecos o a Turquía, pero por lo que vemos, para ABB también los cordobeses somos como los chinos; trabajo barato, bocas cerradas y a la primera protesta, palo y a la calle.