Cuando se cumplen 6 años de la Reforma Laboral de Mariano Rajoy y el gobierno del PP, podemos decir que la Reforma ha conseguido sus objetivos.
A pesar de la tradicional cantinela gubernamental que justifica cada nuevo recorte de derechos en la crisis económica y la necesaria creación de empleo, comprobamos como, tal y como denunciamos desde el sindicalismo y los movimientos sociales, la Reforma Laboral solamente se ha traducido en reducción salarial, precarización, recorte de derechos.
La Reforma Laboral del año 2012, impulsada por le gobierno del PP, no es sino una nuvea vuelta de tuerca, a una sucesión de reformas de la legislación laboral, que no han hecho sino ir recortando derechos de los trabajadores desde principios de los 80 hasta ahora. PP y PSOE se han dado el relevo en esta labor de derribo de las conquistas sociales, abaratando el despido, introduciendo contratos cada vez más precarios, facilitando la contratación temporal, reduciendo la cobertura por desempleo y privatizando las funciones del Servicio Público de empleo, debilitando el poder de negociación colectiva de los sindicatos.
El ultimo golpe a los derechos laborales hasta el momento, La Reforma Laboral del PP, se realizó con el objetivo de recuperar competitividad de la economía española a través de un devaluación salarial, que ha llegado al 30 % en muchos sectores , incluso mucho mayor en los sectores más precarizados y desprotegidos.
En el contexto de moneda única, y bajo la camisa de fuerza de las instituciones europeas, después del intenso proceso de desindustrialización que supuso la entrada en la UE y las políticas posteriores, el capitalismo español y sus gobiernos, no ofrecen más alternativa, tras años de burbuja especulativa, que convertirnos en proveedores de mano de obra barata y sin derechos, en un país de servicios de poco valor añadido, con el turismo como única alternativa económica, a la espera de la próxima burbuja especulativa.
Así, la banca, hace ya mucho tiempo que dejaron atrás la crisis, y han recuperado beneficios a niveles de récord, sin que por el contrario hayan puesto un € para devolver el rescate de los más de 60.000 millones de € que todos los ciudadanos y ciudadanas fuimos obligados a aportar para enfrentar las consecuencias del pinchazo de su burbuja inmobiliaria. Y sin que hayan puesto fin a sus políticas criminales contra los derechos más básicos, ejecutando miles de desahucios contra familias trabajadoras.
Las grandes empresas oligopólicas, al amparo del poder político en el ámbito de la energía y los suministros, sieguen acumulando beneficios, subiendo tarifas y condenando a cientos de miles de personas a la pobreza energética. Las grandes empresas del IBEX, aprovechan la reducción de salarios y condiciones laborales para recuperar con fuerza sus beneficios, mientras impulsan una cadena de subcontratación que reproduce hacia abajo condiciones laborales cada vez más precarias.
Las grandes constructoras y empresas de infraestructuras, son una vez más rescatadas con los impuestos de todos y todas (Castor, Cinturón autopistas de Madrid) mientras las grandes empresas de servicios (EULEN,CLECE, …) ,siguen ostentando los grandes contratos de la administración en todos los niveles del municipal al estatal que continúan privatizados y precarizados.
La Reforma Laboral ha sido una herramienta fundamental para llegar a esta situación. La prioridad dada a los convenios de empresa sobre los de sector, y las facilidades para la movilidad funcional, y la modificación sustancial de condiciones de trabajo, solo buscaba debilitar el poder de negociación de la clase trabajadora, dificultar la acción sindical y el sindicalismo, especialmente el más combativo.
Los despidos masivos, facilitados por la Reforma, y el carácter extremadamente precario de los nuevos puestos de trabajo, en un contexto de paro endémico muy por encima de los niveles europeos, era la palanca para conseguir un recorte de salarios, un aumento de las horas extras, de la flexibilidad, de la plena disponibilidad, y de la economía sumergida de un capitalismo, el hispano, incapaz de ofrecer otra alternativa a los trabajadores y trabajadoras.
Por eso, desde las Marchas de la Dignidad, entendemos que la lucha por la derogación de la Reforma Laboral, y la recuperación de derechos de los trabajadores y trabajadoras, y de su poder de negociación y sindical es un elemento fundamental para poder revertir la actual situación, y que quienes necesitamos trabajar para vivir podamos alcanzar condiciones de vida dignas, con IGUALDAD, PAN, TRABAJO, TECHO y DIGNIDAD.
Marchas de la Dignidad de Córdoba