A pesar de las sentencias recaidas contra Mercadona en los tribunales, puede que haya algunos que duden de que las prácticas laborales de la empresa sean recriminables. Podrán interpretar que los casos de acoso representan conductas aisladas de algunos coordinadores de tienda, situaciones extremas, etcétera. CNT mantiene que Mercadona ejerce una presión continuada y acosadora sobre sus trabajadores y trabajadoras, coartando la libertad de estas personas e inmiscuyéndose en su vida privada. Y no sólo no se trata de casos puntuales, sino que representa una política de empresa, calculada y estructurada. Para ello no sólo nos apoyamos en los testimonios de los muchos trabajadores de la empresa que acuden al sindicato en todo el estado, y en las sentencias que condenan a Mercadona por acoso (por ejemplo, ver la sentencia contra Mercadona en Peñarroya), sino también en las “entrevistas” que realizan los coordinadores de las tiendas a los trabajadores.
En el archivo adjunto se puede ver un ejemplo de la forma en que la empresa “valora” la “aptitud” de los trabajadores cuando periódicamente les somete a este cuestionario para decidir si les sube el sueldo o no . La cuestión no es tan simple, porque cuando se dan un determinado número de “suspensos”, el trabajador sabe que tiene sus días contados en la empresa, además de que si no obtiene una determinada puntuación, no disfruta del cobro de primas. Y todo ello se hace teniendo menos en cuenta el cumplimiento adecuado de las funciones que le han sido encomendadas, que hasta donde está dispuesto a llegar por la empresa. Las “entrevistas” se hacen a través de un modelo normalizado en el que se tienen en cuenta los aspectos psicológicos de la persona (actitud, compromiso, forma en que ve a la empresa) mucho más que el trabajo objetivamente desarrollado. Tengamos en cuenta que estamos hablando de personas que trabajan en pescadería, carnicería o frutería y no de altos ejecutivos cuyo trabajo debe valorarse con otros criterios.
El primer apartado del cuestionario se llama “SER UNO MISMO”. El nombre ya lo dice casi todo.
Vamos a ver como se valora que una persona que se dedica a limpiar pescado sea “ella misma”. “Coherencia entre lo que dice, piensa y hace” y “confiable como ser humano”. En primer lugar, ninguna empresa tiene derecho a tener en cuenta estos aspectos de la persona, puesto que son totalmente privados. Cualquier persona tiene el derecho a que se respete su intimidad al igual que ideología, creencias o cualquier otro aspecto de su personalidad, máxime cuando hablamos, repetimos, de trabajos manuales para los que se necesita habilidad y dedicación objetivas, pero en absoluto tienen relación con la “coherencia” entre lo que uno “dice, piensa y hace”. Y máxime, cuando esto es valorado por una persona, el coordinador, cuyas capacidades de interpretación son al menos, más que dudosas.
Pero, ¿qué es para Mercadona lo que un trabajador “piensa”? Evidentemente, el grado de sometimiento al coordinador de turno, el “agradecimiento”a la empresa por el puesto de trabajo y su disponibilidad para hacer las tareas que se le encomienden (polivalencia) sin prestar atención a su estado de salud o cualquier otra circunstancia personal.
¿Qué le parece a Mercadona una persona “confiable como ser humano”? Nótese que no dice confiable como trabajador(podría tratarse de puntualidad, trato con el público, con los compañeros, aseo personal, etc.) sino como “ser humano”. Es decir, para trabajar en Mercadona no sólo hay que trabajar como marca la empresa, sino que hay que ser el tipo de “ser humano” que la empresa considera apto, lo cual va mucho más allá de lo que es exigible a ninguna persona para desempeñar un trabajo.
Lo que el coordinador anota sobre este tema lo dice todo: “Eres coherente y me dices lo que piensas, eso pienso yo aunque a veces me gustaría que me dijeras más cosas buenas o malas”. Una empresa que pretende tener una imagen de modernidad y transparencia basa las valoraciones sobre su plantilla en obligar a los trabajadores a contar “cosas” a sus coordinadores. Resulta impresionante. El coordinador censura al trabajador que no le cuente más “cosas”.¿De que “cosas” se trata? ¿De criticar a los compañeros? ¿De lo que piensan del propio coordinador? ¿Los trabajadores de Mercadona tienen que confesarse ante el coordinador como si se tratara de un cura?
El siguiente apartado “EXIGENTE CON UNO MISMO” sigue en la misma línea que el primero. “Cumple sus compromisos” y “cumple con los métodos ya estandarizados”. No se trata de cumplir con el trabajo encomendado, sino con lo que el trabajador se compromete a mejorar y progresar para la empresa, pues ésta le exige continuamente que se comprometan más allá de sus tareas a la consecución de objetivos fijados por los coordinadores, que tienen aquí manos libres para ir apretando las tuercas a los que no les parezcan “confiable como ser humano”. Como termina diciendo el coordinador “Aunque te exiges mucho sé que puedes dar más de si”. Es decir, es un buen trabajador y cumple; el coordinador ya sabe que se exige mucho, pero sigue forzándolo a que se mantenga en tensión constante, so pena de empezar a tener “malas notas”. ¿Qué pensarías tú si estuvieras reponiendo artículos en un supermercado y te sometieran a este tipo de presiones vergonzosas?
El tercer apartado, “APLICA EL ORDEN SECUENCIAL” también es interesante. El orden formal de importancia de los agentes relacionados con la actividad de Mercadona es el siguiente en orden de mayor a menor importancia: Jefe (que es el cliente)-trabajador-proveedor-sociedad-capital. Este orden no sólo es falso como en cualquier empresa que lo tenga, sino que se da realmente a la inversa, ya que lo que importa es el dinero, y probablemente lo que menos, el trabajador y los clientes, como todo el mundo sabe. Este orden es inculcado al trabajador en los cursos de adiestramiento que reciben los trabajadores de Mercadona para ser “aleccionados” antes de empezar con sus tareas de alto standing, consistentes en despedazar pollos, destripar pescadillas o retirar productos caducados de los estantes.
Las explicaciones que siguen no tienen precio: “No tiene artistas invitados: coordinador, el que dirán, legalitis, lo que hacen los demás, los compromisos (fechas, acuerdos…)”. ¿Qué es para un trabajador de un supermercado tener “legalitis”? ¿El querer atenerse a lo establecido en el desempeño de su trabajo?¿El exigir sus derechos laborales, tal vez?¿Cómo se valora el que una persona tenga en cuenta “el que dirán” o “lo que hacen los demás” y que le importa eso a la empresa? En este apartado lo que se está valorando es que el trabajador no se identifique con ningún problema o reivindicación que tengan sus compañeros y que no muestre solidaridad hacia ningún otro que esté siendo presionado por la empresa, con una finalidad clara: forzar a los trabajadores a que se mantengan aislados entre sí, alejando cualquier conato de respuesta por parte de la plantilla a los abusos que sufren.
El coordinador está en este apartado muy satisfecho con lo que le informa el trabajador. No obstante, en el último párrafo, reconoce que su contento sería mayor si “tuviera mucho más claro que 1º es el jefe y no tuvieras caídas al océano”. Caídas al océano. Es decir, momentos en los que el trabajador olvida la tensión y la presión a los que le someten y usa su propio criterio personal para resolver problemas. Como si de un ejército se tratase hay que estar vigilantes y en guardia. La libre opinión es considerado en Mercadona, cuando menos, como una ofensa a la propia empresa.
Como decimos, el cuestionario refleja un total desprecio a la intimidad y a las opiniones e ideas personales de los trabajadores, todo ello en pos de conseguir personal que comulgue con aquello que se le imponga.
El apartado siguiente, que se llama “CIENTÍFICO”, se explica no obstante, haciendo referencia a los “cinco magníficos”. Sin tener en cuenta este lenguaje de pseudosicológico que usa Mercadona para envolver los conceptos a los que se refiere, veamos lo que el coordinador ha obtenido con su fino sentido de la observación. “Das opiniones fenomenal, pero ojo, en ocasiones debes de fundamentarte en hechos también. Además, debes de hacer equipo, me gustaría”. Parece que un padre respondiera a su hijo pequeño sobre su comportamiento. Como bien dice la explicación del apartado, al trabajador hay que exigirle “Hechos y no opiniones”. Se le hace creer que lo que opine es irrelevante, y que cualquier cosa que diga tiene que respaldarse en “hechos”, limitando así su libertad de expresión, forzándole a callarse cualquier opinión personal si no quiere verse reprimido.
Después aparecen los “PUNTOS DE MEJORA (BASADOS EN HECHOS)”. De nuevo Mercadona pretende basarse en los hechos. Los hechos que el detectivesco coordinador expone son “caídas al océano”, “intentar hacer equipo”, y nuevamente reforzar la culpabilidad del trabajador al decir “tu eres muy válida para caer en estos errores”.
En cuanto a los “COMPROMISOS”, el coordinador es parco en respuestas, terminando con un “etc”. Es decir, el compromiso en esencia, aparte de los concretos como “gestión de ventas recomendadas” es el refuerzo del espíritu de sometimiento que la empresa inocula en sus trabajadores. Para terminar, como Nota, el coordinador añade una nueva vuelta de tuerca: “como verás has aprobado, aunque espero mucho más de ti y tu lo sabes. Espero que seas la mejor con diferencia”. O sea que primero, el trabajador tiene que agradecer el “aprobado”, pero no debe quedarle ninguna satisfacción sobre el trabajo desarrollado: “espero más de ti y tu lo sabes”.
Como ya queda dicho, Mercadona evalúa la aptitud de sus trabajadores no por la calidad del trabajo desempeñado, sino por su actitud hacia la empresa y sus finalidades, fomentando constantemente la culpabilidad y la competitividad extrema de éstos. Satanizando la solidaridad entre compañeros para evitar que éstos adquieran sentido colectivo y se enfrenten a los abusos. Todos los canales de salida a lo que piensan y sienten los trabajadores deben ser el coordinador, es decir, la empresa. Como si de una secta se tratara, la fidelidad no sólo debe provenir del esfuerzo del trabajador, sino de pensamiento, palabra y obra.
Hay que decir además, que esta ficha corresponde a un trabajador que había sido felicitado varias veces por su trabajo pero al que el coordinador exigía siempre más, con los consiguientes perjuicios fisicos y mentales para éste. El trabajador resultó finalmente despedido, con varias acusaciones sin pruebas, difamado en su localidad y siendo víctima de una grave depresión. Así cierra Mercadona el ciclo laboral de los trabajadores que aún siendo buenos en su trabajo, tienen “caídas al océano”.