Nuestro más sincero pésame a la familia del trabajador de Glovo fallecido la noche del sábado en Barcelona.
Desde CNT achacamos la culpa del accidente a la falta de medidas de seguridad, la ausencia de formación en prevención de riesgos laborales y las exigencias de tiempos de reparto que sufren los riders.
Quizás si la empresa reconociera el carácter de trabajador por cuenta ajena de los riders y, en consecuencia, tuviera establecido un plan de prevención de riesgos laborales acorde a los riesgos del servicio, esta situación no se habría dado nunca. Sin embargo, nunca lo sabremos, y el compañero fallecido tampoco lo sabrá.
Igual de tristeza y rabia provoca la respuesta de la compañía, que ha lamentado la muerte del rider, para luego aprovechar y para reafirmarse en su posición de que los riders son autónomos, así como el que Glovo cuenta con un seguro privado. La compañía también ha aprovechado para condenar la violencia de los trabajadores que han protestado frente a su sede, pero la afirmación es tan cínica y carente de sentido que no merece mayor detenimiento en ella.
Lo evidente es que los trabajadores no necesitan un seguro privado que cubra una indemnización para sus familiares en caso de fallecimiento. Lo que necesitan los trabajadores de Glovo (y a lo que tienen derecho) es a que se establezcan unas medidas de seguridad y prevención de riesgos laborales que disminuyan el riesgo de accidentes. Necesitan que los tiempos de reparto sean delimitados en base a factores objetivos y no en virtud de la prisa con la que los trabajadores sean capaces de llegar a su destino, para así ser mejor vistos en la empresa y poder recibir más pedidos que el resto. En definitiva, los TRABAJADORES de glovo necesitan la cobertura que otorga el Estatuto de los Trabajadores, la Ley General de Seguridad Social y la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.
Esperemos que este horrible caso sirva como ejemplo de algo que no se debería repetir, y que se estudie a fondo cual es el motivo que provoca que los riders se jueguen la vida todos los días en la carretera