Lo que está ocurriendo en Gaza en estas últimas semanas, con más de 1000 muertes palestinas hasta el momento, en su inmensa mayoría población civil,  es un ataque genocida más por parte del estado de Israel que, desde 1948 y tras la salida del protectorado del Reino Unido, viene perpetrando sobre la población palestina, asesinando a civiles, robándoles tierras, casas y ocupando militarmente su territorio.

Israel está cometiendo auténticos crímenes de guerra desde hace décadas, sumado a la expansión sin límites de sus asentamientos en Cisjordania destruyendo cada vez más las tierras y hogares palestinos y violando los derechos humanos de la población.

Desde el nacimiento del estado de Israel, apoyado y gestionado por EEUU y por las otras potencias occidentales, la historia de este estado ha estado cubierta de matanzas planificadas de civiles por el sólo hecho de ser palestinos y musulmanes. Las constantes excusas de los gobiernos israelíes para masacrar a la población palestina no son más que parte de un plan orquestado desde hace tiempo para acabar con la población palestina y hacerse con su territorio.

La llamada continuada del gobierno israelí a su derecho de defensa frente a ataques exteriores es otra de las excusas más esgrimidas por los sionistas. Ataques, a su supuesta integridad territorial y nacional, que en la mayoría de las ocasiones son provocados intencionadamente por ellos mismos para comenzar otra masacre y sin los más mínimos escrúpulos contra mujeres, niñ@s y cualquier inocente.

Al igual que ocurriera con las políticas de apartheid en Sudáfrica, en Palestina se están dando unos ataques relacionados directamente con el odio racial hacia otro pueblo y cultura, plagado de mentiras e ilegalidades, incumpliendo de manera sistemática cualquier acuerdo internacional. Acuerdos internacionales de la ONU o entre varios estados que son papel mojado y que de nada valen ante la razón de la fuerza de Israel, uno de los ejércitos más poderosos del mundo, apoyado incondicionalmente por su inseparable socio EEUU y con el silencio y complicidad de la UE.

La decidida política expansionista de Israel en los territorios palestinos, la vista gorda hecha por las potencias occidentales o el apoyo de su aliado estadounidense llevan a la población palestina a la total indefensión y a una situación límite. Además de esto, con unas insostenibles condiciones de aislamiento, de falta de recursos básicos y de humillación sistemática que es totalmente desesperante.

Unido a esto, está la vida cotidiana con la permanente presencia de un ejército invasor que no duda en tratar como animales y humillar constantemente a los palestinos, impidiéndoles desarrollar una vida normal y en libertad.

Dicho todo esto, consideramos que el único terrorista es el estado de Israel y condenamos el genocidio llevado a cabo contra el pueblo palestino. Y sostenemos que la única manera de resolver el conflicto es con una condena internacional unánime contra Israel y su gobierno y que se frenen de una vez por todas estas masacres racistas y fascistas.

Muchas somos las organizaciones y personas que tanto en el estado español como por todo el mundo estamos exigiendo que se pare esta sinrazón, pero los gobiernos de las grandes potencias vuelven a mirar para otro lado y en el mejor de los casos hacen tímidas e ineficaces denuncias de la situación, que se quedan en nada. Todo esto mientras el pueblo palestino sigue siendo asesinado, humillado, aislado y saqueado.

Lo único que está en nuestras manos es seguir condenando esta barbarie, hacer boicots a los productos israelíes, seguir convocando movilizaciones en solidaridad con el pueblo palestino y colaborar en la medida de nuestras posibilidades para denunciar y luchar contra este genocidio.

La CNT de Córdoba, como organización de clase e internacionalista se solidariza con el pueblo palestino y condena frontalmente al estado de Israel y sus políticas de limpieza étnica y genocidio, no habiendo otra solución a este conflicto que la paralización de los ataques israelíes sobre Palestina y que el pueblo palestino se pueda desarrollar como tal en una sociedad libre y sin opresión.

Comité Local CNT Córdoba