Vendimia, emigración y precariedad laboral. Por la dignidad de los trabajadores y trabajadoras del campo.

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Entre finales de agosto y principios de septiembre unas 15 mil personas emigrarán a Francia para la campaña de la vendimia como en años anteriores. La mayoría son jornaler@s, pero también un número importante (en torno al 10%) de universitari@s.

Esta situación de emigración temporera para realizar campañas agrícolas en otros países viene siendo crónica desde hace décadas, remontándonos al franquismo cuando miles de jornaler@s salían todos los años a la Europa rica y próspera. Desde 1992 el número de emigrantes para esta temporada se ha incrementado en 5 mil personas. Son curiosas estas cifras cuando el estado español es el que más superficie tiene de viñedo de la UE. La explicación es clara, el jornal en Francia es de 9,67 euros frente a los 6,5 euros de jornal en España.

Sumado a esto se ha dado un ajuste dentro del sector bajando las hectáreas dedicadas al vino que han pasado de 1,2 millones a 958 mil hectáreas de viñedo. Eso sí, ha subido el rendimiento y las ganancias para grandes propietarios, y se han puesto plantaciones de nuevas variedades en 274 mil hectáreas gracias a las ayudas de los fondos comunitarios de la UE.

Por otro lado, la mayor mecanización de la campaña y los ritmos de destajo hacen que disminuyan el número de jornales y se reduzcan las campañas. Además de los casos de mano de obra sin dar de alta, que son más frecuentes en el estado español que en el país vecino, pero que se dan en ambos casos.

Pese a los datos que da el gobierno de disminución del paro y supuesta mejora de la economía, la precariedad laboral, el número de parad@s, los datos de emigración general y de la temporera son alarmantes. Además de la emigración de miles de jóvenes y no tan jóvenes a otros países todos los años de forma permanente, está la emigración temporera a campañas tanto de la vendimia francesa, como en otras campañas agrícolas en Bélgica o Francia que mueven a miles de personas todos los años.

En una tierra eminentemente agrícola como esta, con las miles de hectáreas de tierra cultivable y las buenas temperaturas para todo tipo de cultivos, es bochornoso que miles de personas tengan que seguir saliendo a otros países a echar una temporada agrícola por la situación de desempleo, por un lado, y por las malas condiciones laborales del trabajo agrícola en este país, por otro.

Y todo esto nos lleva a fijarnos en las políticas agrarias que se vienen practicando en el estado español desde hace décadas, que en poco han modificado la estructura agraria respecto a como estaba en el franquismo. Grandes terratenientes pertenecientes a la más rancia aristocracia, banqueros, empresarios del ladrillo y especializados especuladores, en general, acumulan las mayores extensiones de tierras por todo el país, engordando sus cuentas bancarias con las enormes subvenciones que les proporcionan la PAC (política agraria comunitaria) de la UE.

El ninguneo al que se ha venido sometiendo al sector agrícola y a l@s jornaler@s desde los sucesivos gobiernos, oculta una realidad donde son muchos los miles de personas en este país que tienen su base de subsistencia en el trabajo agrícola y temporero. Cifras que son ocultadas y marginadas obviando el valor y la riqueza que genera el campo y el sector agrícola en muchas regiones, y lo importante que es para miles de personas.

Desde CNT Córdoba exigimos unas condiciones dignas de las campañas agrícolas mediante el cumplimiento y mejora de los Convenios provinciales del campo, animamos a la denuncia de los fraudes empresariales y las situaciones de explotación ante la Inspección de Trabajo, defender nuestros derechos laborales organizándonos en los tajos y denunciar públicamente las políticas tanto de la UE como del gobierno que están destinadas al beneficio de una minoría de grandes propietarios y que lleva a la precariedad laboral