Este 28 de febrero, decenas de miles de personas salieron a la calle en Sevilla convocadas desde las Marchas de la Dignidad, bajo el lema "La Andalucía que lucha sale a la calle". Y efectivamente la respuesta fue masiva, hasta 90.000 personas, salieron a la calle para reclamar  Pan, Trabajo, Techo y Dignidad, denunciando los recortes de servicios públicos y las reformas laborales y las políticas represivas que impulsan PSOE y PP.

Coincidiendo con la celebración institucional del día de Andalucía, desde las Marchas se ha denunciado la dura situación social que atraviesa Andalucia, con niveles de paro, precariedad, economía sumergida que supera con mucho los niveles del resto del estado, con cifras record a nivel europeo, a la vez que los servicios públicos y la cobertura social se encuentra muy por debajo.

En la movilización ha tenido también una importante presencia la reivindicación antirrepresiva y contra las leyes mordaza que se están cebando especialmente contra sindicalistas y activistas sociales.

Con un fuerte protagonismo de sindicatos, colectivos de trabajadores de empresas en lucha, y mareas por la educación y la sanidad, las Marchas de la Dignidad recuperan poder de convocatoria, y llaman a salir a la calle para enfrentar las políticas que el PP a nivel estatal y el PSOE a nivel andaluz, están aplicando provocando precariedad, paro y sufrimiento especialmente entre la clase trabajadora.

La CNT de Andalucía, participó en la manifestación, acudiendo compañeros y compañeras de Sevilla, Córdoba, Málaga, Pedrera, Fernán Núñez o El Puerto entre otras, en un nutrido bloque dónde destacaba la solidaridad con la lucha que mantienen distintas secciones sindicales, como la de los trabajadores de Gruas Lehmans.

Para CNT es fundamental recuperar el pulso de la calle y el protagonismo sindical y de los movimientos sociales en las movilizaciones, con alianzas con los trabajadoras y trabajadores en lucha en distintas empresas y sectores, animando la lucha en los centros de trabajo y en las calles, reivindicando la capacidad de impulsar la transformación social radical y urgente que necesitamos desde un tejido social fuerte y autónomo.